martes, 8 de noviembre de 2011

Relación de ayuda


Como explicación de Relación de ayuda y considerando que es uno de los pilares básicos de la enfermería y en buena arte de la asignatura de comunicación, voy a permitirme agregar un artículo publicado  por Sergio Hurtado Martínez del equipo de coordinación técnica del ISICS.

"La relación de ayuda es una de las funciones principales de los cuidados de enfermería, en todos los ámbitos y niveles. La relación de ayuda "es aquella relación en la que uno de los participantes intenta hacer surgir de una o ambas partes, una mejor apreciación y expresión de los recursos latentes del individuo y un uso más funcional de éstos".

Nuestra función principal como enfermer@s va a consistir en trasladar al paciente alternativas y posibilidades. Si buscamos el cambio de conducta en otra persona, la ayuda debe orientarle a buscar el cambio por razones que sean importantes para ella, el cambio debe de venir de dentro y no de un agente externo a la propia persona.

V. Henderson identifica que la enfermera puede establecer tres tipos de relaciones con el enfermo, que dependerán de la valoración de las capacidades de éste, en las que la enfermera actuará como:

1. Un sustituto: Cuando la dependencia del individuo es total; incapaz de establecer sus necesidades en forma autónoma por no tener la fuerza, el valor o los conocimientos necesarios para ello. En esta situación la rehabilitación es fundamental para prevenir mayores complicaciones y fortalecer las capacidades remanentes.

2. De ayuda: Cuando apoya sus actividades, fomentando su funcionalidad a fin de mantener o motivar su independencia.

3. Compañera: Al actuar como consejera o asesora para que conserve su salud, dejándole en libertad de acción para tomar sus decisiones.

Peplau en su modelo de enfermería psicodinámica, describe su teoría de las relaciones interpersonales, en la que analiza la relación de enfermera/o-paciente; en las que identifica y describe cuatro frases: orientación, identificación, aprovechamiento y resolución.

Esta teoría permite que los profesionales de enfermería dejen de centrarse en la atención biofísica de la enfermedad, y acercarse a los sentimientos y los comportamientos frente a la enfermedad, ellos pueden ser explorados e incorporados a las intervenciones de enfermería. Conseguiremos, que surja una relación entre enfermera/o - paciente que permita afrontar los problemas que aparezcan de manera conjunta.

Un estudio posterior afirma que el propósito de la enfermería se alcanza mediante el establecimiento de una relación a través de interacciones de humano a humano, y consiste en ayudar al individuo, familia y comunidad a prevenir o actuar frente a la enfermedad. Este modelo se basa sobre los siguientes puntos, la Comunicación, la Interacción, la Empatía, la Simpatía y la Relación de persona a persona. A medida que el proceso de interacción progresa hacia la relación de afinidad, se obtiene el potencial necesario para una relación terapéutica.

En la práctica, el paciente que está en una posición en la que necesita ayuda, generalmente se encuentra en esta situación:

1. Está viviendo una situación que le supone una dificultad concreta, en la que nadie mejor que él para conocer lo que está pasando en su estado de salud.

2. El problema que está viviendo le está causando sufrimiento.

3. Este sufrimiento es expresado a través de distintos sentimientos miedo, ansiedad, inseguridad o culpabilidad.

El paciente lo que espera a la hora de ser ayudado es:

1. Que la enfermera/o comprenda sus sentimientos y que los acepte consiguiendo que la relación de ayuda no sea moralizante.

2. Que la enfermera/o se ponga en el lugar del paciente, es decir que tenga una actitud empática.

3. Que examine las dificultades y que busque el sentido del problema.

4. En último lugar, espera que le den pistas para resolver dicha situación.

Un aspecto importante a considerar es que estamos ante una persona que está viviendo una situación de necesidad, de inseguridad, de temor, miedo, o ansiedad, que lo que desea es ser comprendida, que nadie le diga que es lo que debe hacer para resolver su problema, como si estuviera en posesión del conocimiento absoluto.

ESTILOS DE RELACIÓN DE AYUDA

Los diferentes estilos se configuran según las actitudes descritas a continuación: 

La disposición del ayudante: la relación de ayuda puede estar:

Centrada en el problema: la enfermera se preocupa solo por el problema del paciente sin prestar atención a los aspectos subjetivos que puedan aparecer.

Centrada en la persona: aquí se presta atención a la persona, cómo vive el problema, preocupándose por sus sentimientos y centrándose en que el paciente necesita ser comprendido.

El uso del poder por parte de la enfermera:

Directiva: ese induce a la persona a pensar de una manera determinada, dando poca confianza a la capacidad propia de la persona de tomar sus decisiones. Se realizan juicios, se persuade al paciente, se buscan propuestas inmediatas.

Facilitadora: la actitud se basa en buscar los recursos de la propia persona, se orienta a que los utilice de forma adecuada. Dentro de esta actitud tiene gran importancia la escucha activa y la comprensión.
Cuando combinamos todas estas actitudes obtenemos los distintos estilos de relación de ayuda:

Autoritario: en este estilo nos centramos en el problema y este se quiere resolver de forma directa. No se buscan los recursos del propio paciente, sino que se utilizan los nuestros propios.

Democrático ¿ Cooperativo: está centrado en el problema del paciente, y la actitud que se adopta es facilitadora, en la que se implica a la persona para buscar la forma de resolver el problema.

Paternalista: está centrado en la persona, en como vive el problema, y la actitud es directiva, se toma la responsabilidad de la situación del paciente, sobreprotegiéndole.

Empático: dirigido a la persona y con una actitud facilitadora. En la que se ayuda a la persona que es lo cree que debe hacer en relación a lo que puede realizar.

Los cuatro estilos podrían ser utilizados en la relación de ayuda, teniendo en cuenta los aspectos de la situación concreta a la que nos enfrentemos.

LA ACTITUD EMPÁTICA

Para que una relación sea de ayuda, es necesario que se de comprensión. ésta no solo como concepto de entender el significado de la vivencia del paciente, sino como la capacidad de devolver esa compresión, al propio paciente para que se sienta realmente comprendido.

Carkuff describe la empatía como la capacidad de percibir correctamente lo que experimenta otra persona y comunicar esta percepción en un lenguaje acomodado a los sentimientos de ésta.

En definitiva es comprender y transmitir esa comprensión.

Significa ante todo participar en la experiencia del paciente como si fuera nuestra, y transmitirle que lo hemos comprendido.

Se han descrito diferentes fases de la empatía:

1. Fase de identificación: en la que nos identificamos con la otra persona y con su situación.

2. Fase de incorporación y repercusión: incorporación de los elementos de la experiencia del paciente que son semejantes a los propios.

3. Fase de separación: apartarse de la implicación sentimental, manteniendo una distancia para evitar sentimientos de culpa. Sin esta fase existe una alta probabilidad de sufrir el síndrome del "burn-out".

ACEPTACIÓN INCONDICIONAL

Es otra actitud fundamental de la relación de ayuda, significa aceptar sin condiciones a la persona que se pretende ayudar, sin juicios de valor.

Debemos respetar al paciente, retirando aquellos sentimientos actitudes o juicios nocivos para toda relación con el mismo.

Supone fiarse de los recursos que la persona dispone para afrontar su situación, y de la capacidad para tomar decisiones, aceptando las mismas. Siempre debemos tener en cuenta la situación concreta en que nos encontremos.

ESCUCHA ACTIVA

Para que tengamos una disposición empática deberemos ser capaces de escuchar activamente, para poder comprender la experiencia de quien vamos a ayudar.

Escuchar es el proceso psicológico que parte de la audición pero que contempla otras variables tales como la atención, la observación o el interés.

La escucha activa es definida en la Clasificación de Intervenciones de Enfermería (CIE) como "gran atención y determinación de la importancia de los mensajes verbales y no verbales del paciente".

La comunicación no verbal tiene una importancia relevante, ya que aporta datos que ayudan a comprender mejor la situación de la persona. Además nuestra conducta no verbal va a tener una importancia fundamental en la actitud empática, ya que con ella demostraremos la compresión de su situación. 

Obtenemos no solo los datos del problema sino que demostramos el interés en ayudarle.

Existen múltiples dificultades en la escucha activa, desde las meramente físicos (ruidos), hasta las emocionales (sentimientos propios) pasando por las del área cognitiva (prejuicios morales, etc).

ASERTIVIDAD

Junto a la escucha activa es una de las destrezas, necesarias para que la relación de ayuda sea eficaz. Es la expresión de los sentimientos, necesidades o ideas a la vez que se respetan los derechos de los demás.

Durante el ejercicio de nuestra profesión nos encontramos con situaciones en las que el paciente nos critique o reprenda a veces de una manera poco adecuada. Ante esta situación podemos reaccionar con un comportamiento pasivo en el que nos adaptamos a las exigencias del otro, o mediante un comportamiento agresivo donde nos imponemos nuestra postura y no respetamos las ideas del paciente.

Seguramente la reacción más adecuada ante dicha situación, sería de forma asertiva, es decir, expresando nuestras ideas abiertamente y manifestando comprensión y respeto a la posición de la otra persona. De esta manera reafirmamos nuestra postura y la del otro, reduciendo la agresividad o sumisión en la otra persona y aumentamos la confianza en nosotros mismos.

Otras habilidades que debemos considerar dentro de la relación de ayuda, son las de personalizar el dialogo con el paciente, debemos centrarnos en el propio paciente evitando generalizaciones. Así lograremos que el paciente no vea el problema como algo ajeno a si mismo, que se deba a circunstancias externas o ambientales, consiguiendo que analice su control sobre su problema y su capacidad para solucionarlo.

También realizaremos un ejercicio de confrontación con el que ayudaremos a descubrir los recursos que posee la persona para afrontar su enfermedad. Responde a la pregunta: ¿qué hacemos con el problema que ya hemos identificado?

CONCLUSIÓN

La relación de ayuda es una de las funciones de enfermería más importantes. En nuestra profesión tenemos una visión holística de la persona, no nos debemos centrar en el ámbito fisiológico, en solucionar problemas de índole física.

Debemos considerar al paciente como persona, en todas las dimensiones física, psicológica o social de la misma. De esta manera comprenderemos el impacto de la situación que está viviendo la persona y acompañarle en un sentido global.

Con la relación de ayuda conseguimos este propósito, establecer una relación con el paciente de persona a persona, que va a facilitar el afrontamiento de la situación que vive actualmente, mediante el uso de sus propios recursos, participando activamente en la recuperación y/o mantenimiento de su estado de salud."

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